por Horacio Yacante
En la tarde de ayer, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, estuvo en el centro de Luján de Cuyo, donde dio una conferencia de prensa respaldando a las figuras locales Luis Rosales para la gobernación y Omar De Marchi para la recuperación del bastión lujanino. Habló de su nueva relación con la presidenta Cristina Fernández y de la construcción de la "nueva política" que tiene que traer equilibrio al escenario actual.
Un Mauricio Macri por momentos concentrado y seguro y en otros un poco más distendido y sonriente se presentó en un café de la ciudad de Luján de Cuyo atestado de periodistas locales y corresponsales nacionales, en el que los representantes de la prensa se disputaban los lugares con las "admiradoras" del jefe porteño.
Ubicados para la foto, el lugar central de la mesa fue ocupado por el líder del PRO. Luis Rosales lo acompañó a su izquierda y se encargó de bajar como propuestas al electorado mendocino los lineamientos del pensamiento que Macri esbozaba ante cada pregunta de los periodistas locales. Lo acompañaban, además, el candidato a la vicegobernación, Pablo Priore; el candidato a intendente por Luján de Cuyo, Omar De Marchi, y el candidato a diputado nacional Ernesto Pradines.

La importancia de buscar el equilibrio
Como un maestro de zen, Mauricio Macri continuó bajándole la temperatura a su confrontación con la presidenta, aunque no dejó de celebrar las victorias de los partidos opositores, tanto de Capital Federal como en la Ciudad mendocina.
"Mientras más fuerzas distintas haya en el Congreso, mejor va a ser", fundamentó el líder del PRO, y si bien no se opone a las continuidades, es más importante el equilibrio "como el que hemos logrado en la Ciudad de Buenos Aires", agregó.
La agenda de la inseguridad
Sin lugar a dudas, el caso Candela conmocionó a la opinión pública argentina, por lo que Macri no dejó escapar esta oportunidad para criticar la falta de políticas sobre seguridad.
"Es positivo que Cristina Fernández haya colocado este tema en la agenda argentina", puntualizó, aunque "si no toma también el tema desde las tres aristas, el sistema judicial, la fuerza policial y la educación inclusiva, no se van a ver resultados a largo plazo", sentenció.
Todos contra Cristina y en contra de todos
"Lo que boicoteó estas elecciones fue el ego de los candidatos", largó sobre la mesa al ser interrogado por la performance que los candidatos presidenciales opositores obtuvieron tras las primarias de agosto.
Es que la oposición se recostó sobre sus propias vanidades y cayó de este modo ante "el veredicto del ciudadano común".
"De una vez por todas hay que entender que en política no somos enemigos, sino adversarios", recalcó un Mauricio Macri bastante compenetrado con lo que decía. "La política de Estado no se hace entre enemigos, sino con propuestas de fuerzas que coinciden en el deseo mutuo de construir un nuevo país".
"Ambos compartimos las mismas preocupaciones", dijo al referirse a su nueva etapa de la relación con Cristina Fernández de Kirchner, con quien intercambiaron felicitaciones después de los resultados en las primarias y en su elección para jefe porteño.
La relación CFK-Moyano
Al ser consultado por la relación que tiene la actual administración nacional con la Central General de los Trabajadores, Macri apuntó toda su artillería al manifestar que "Moyano es un socio de este gobierno".
"La relación con la CGT se ha recrudecido en un ambiente cíclico que pone a la inflación como tema ineludible", aclaró, y agregó que hasta que esto no se resuelva, el conflicto sólo puede seguir aumentando.
Este mismo problema lo hizo extensivo a la Unión Industrial Argentina, que poco a poco se empieza a ver perjudicada por el aumento de los costos en dólares.
"Hace falta que se inicie una nueva etapa en las relaciones entre los industriales y la central de los trabajadores. Un mejor trabajo en equipo", recalcó.
Boleta obsoleta
Más allá de que hubo preguntas que evitó contestar, como las referidas a las alianzas hechas y deshechas por fórmulas locales o bonaerenses, no dejó escapar la oportunidad de tildar como "obsoleto" al sistema de la lista sábana, y dijo que ya es hora de cambiarlo por otro de boleta única o voto electrónico.
"Esto de pensar que siempre salen beneficiados los mismos oculta una gran miopía de unos pocos", atacó un Mauricio Macri que ya quería sacarse de encima a los medios mendocinos y pasar de una vez por todas al calor de la masa demócrata que lo esperaba del otro lado de la vidriera del café, apostado en la intersección de las calles San Martín y Sáenz Peña de Luján de Cuyo.
Mauricio Macri: la segunda parte
Desvestido de las frases hechas y las respuestas certeras y propagandísticas, otro Mauricio fue el que salió a la calle San Martín, donde aprovechó para sacarse fotos con admiradores y curiosos.
Ya en la vereda sacó a relucir su sonrisa de "revista" y abrazó a cuanto niño, vecino o buen hombre se le cruzara. Incluso, si veía que los que lo venían siguiendo eran los mismos simpatizantes que lo aguardaban tras el vidrio del café, entraba arremetidamente a una panadería o una casa de venta de ropa deportiva, donde cambiaba unos jueguitos con la pelota por un par de botines que el dueño le regalaba "para que juegue el pibe".

Este Mauricio, más cercano a los votantes, por momentos se alejaba de los buenos muchachos del PD, que, queriendo o no, también se sumaban a la foto, aunque los niños y sus madres rehusaran sus cariños.
Tan inmiscuido quedó de las preocupaciones de los vecinos, que incluso se permitió opinar sobre la situación de Boca Juniors -el club de sus amores-, al que ve mucho más competitivo, y dejó caer una endecha por el primo rioplatense por el que confesó sentirse "triste
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