lunes, 8 de febrero de 2010

"La política pasa por el hacer y no por las batallas ideológicas" A los 27 años, Soledad Martínez llega al Congreso tras conducir a la juventud de Pro

"La política pasa por el hacer y no por las batallas ideológicas"
"La memoria, la verdad y la justicia tienen que avanzar hasta el fondo", afirma Soledad Martínez Foto: LA NACION / Soledad Aznare

Gabriel Sued
LA NACION

La escena se repitió un par de veces en el puesto de guardia del edificio anexo del Congreso.

-Nena, disculpame, este ascensor es exclusivo para los legisladores.

-Sí, lo sé, yo soy diputada.

-¡Uy, perdón, diputada! ¡Hubiera avisado antes! Pase por acá, por favor.

Con sólo 27 años y un estilo llano y descontracturado, Soledad Martínez es, desde el 10 de diciembre pasado, la diputada más joven del Congreso.

Llegó a su banca tras las últimas elecciones como integrante de la lista que encabezó Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires. Dos años atrás, con sólo 25 y aún en la casa paterna, había sido la concejala más joven del partido bonaerense de Tres de Febrero, el pedazo de conurbano en el que, desde hace 19, manda el peronista Hugo Curto.

Un año antes, Martínez había organizado la juventud de Pro, que preside en la actualidad. Fue luego de acercarse, por intermedio de unos amigos y con sólo 21 años, a los equipos de trabajo que comenzaba a armar Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires, en la Fundación Creer y Crecer, cuando ella estudiaba la carrera de Comunicación Social.

Desde entonces, siempre estuvo en la vereda de enfrente del peronismo, pese a que su abuelo, amigo de Curto y ex delegado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), le cantaba, de chiquita, las estrofas de la marcha peronista. "Nunca me la aprendí", confiesa.

Una mezcla

En su sitio de Facebook, donde tiene 1295 amigos, los respaldos de la joven legisladora al presidente de Estados Unidos, Barak Obama, y al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, se mezclan con su predilección por las zapatillas All Star y la chocotorta.

En línea con su jefe político -al que define como "un buen líder, un tipo que escucha, que deja opinar, que arma equipos y les da bola"-, Martínez, quien no esconde su gusto por la música de los Rolling Stones, les escapa a las definiciones ideológicas.

"Creo que la política no pasa ya por las batallas ideológicas y pasa más por el hacer", señala, en la entrevista con LA NACION. Y añade: "No creo que haya soluciones de izquierda y de derecha, hay soluciones de sentido común, y creo que ése es un poco el espíritu que tenemos en la juventud de nuestro partido", dice la diputada nacional.

El pasado y la memoria

Soledad Martínez fue, sin embargo, una de las primeras en reaccionar cuando Diego Guelar, secretario de relaciones internacionales de Pro, propuso poner fin a los juicios contra los represores de la última dictadura militar.

"Los procesos de memoria, verdad y justicia tienen que avanzar hasta el fondo. La Justicia tiene que tomar postura, fallar; los culpables tienen que estar en la cárcel", aclara.

Esa definición trae otras: cuenta que apoya los reclamos de la comunidad gay para que se legalice el matrimonio y la adopción por parte de personas del mismo sexo, temas que han generado intensos debates en la ciudad de Buenos Aires y que ahora se extienden al plano nacional, con iniciativas ya presentadas en el Congreso.

Martínez se pronunció en contra de la despenalización del consumo de drogas: "Nunca me fumé un porro, no creo en ese tipo de estimulantes", aclara. Duda, en cambio, con el espinoso tema de la legalización del aborto: "Tendría que trabajarlo un poco más. Pero mi primera respuesta sería que estoy en contra". Afirma, asimismo, que la eliminación de las AFJP dispuesta por el gobierno nacional fue un error: "Cada afiliado tendría que haber decidido qué hacer", sostiene la diputada.

También está segura de que entre los jóvenes Pro y los jóvenes K hay un abismo. "Veo un grupo de jóvenes con una carga ideológica casi atemporal para la edad que tienen. No creo que los jóvenes que estamos haciendo política tengamos que tener esas posturas extremas", opina.

"Nosotros estamos en una postura mucho más equilibrada, de escuchar, de equilibrar un poco. Eso nos divide mucho de ellos", agrega, finalmente, la legisladora.

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